Es
increíble cuantas decisiones tomamos basados en el miedo a estar solos. Científicamente, las personas son más felices
cuando tiene amigos, pareja, o familia.
Sin embargo, algunas veces NECESITAMOS estar solos para aclarar nuestra
visión de la situación y tomar mejores decisiones.
Pongamos el ejemplo de una relación
amorosa. Muchas personas no terminan una
relación por el miedo a quedarse solos y no encontrar a nadie más que los
aguante. Pero, ¿En verdad vale la pena
sacrificar nuestra oportunidad de ser felices y explorar nuevas experiencias
por nuestro miedo a morir sin alguien a nuestro lado?
Nada es
seguro en esta vida. Todo es un
constante cambio. Tal vez si tu no
tienes el coraje de dejar esa relación que te hace daño, que no te satisface, o
que simplemente no es igual que antes, tu pareja lo hará en un futuro, y
quedarás con el arrepentimiento de no haberlo hecho antes. Cuando estamos en una relación nos volvemos
dependientes, nos quedamos en una zona de confort de la que es difícil salir.
Tratar de
estar sola claro que es difícil. No
tener nadie con quien compartir tus tristezas y alegrías no es algo de que
alegrarse, pero muchas veces tenemos que sanar nuestro corazón y saber en
realidad lo que queremos a nuestro lado para después atraerlo. Tal vez no tenemos lo que queremos porque ni
siquiera sabes qué es eso que anhelamos.
Debemos ver
la soledad como una etapa de transición en nuestra vida. No hay nada como enfocarse en uno mismo,
sanarse, mejorarse, evolucionar para darle lo mejor de nosotros a los seres queridos. Si no estás a gusto con tu situación actual,
no tomes tus decisiones basado en este miedo a la soledad ya que el costo podría
tener consecuencias que te perseguirán toda tu vida.
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